Mas Allá Del Ver Esta El Mirar

Primero debemos diferenciar entre cara, rostro y mascara: la cara es física, natural; el rostro es una obra humana; y la mascara es una forma de ocultarnos, mecanismo de defensa ante los demás y ante nosotros mismos.

Entrando en el tema del ver y el mirar, podemos identificar que el ver es como la cara natural, es algo inmediato, una reacción indeterminada. El ver es reconocer, el mirar es admirar.

Desde la antigüedad hasta nuestros días, las personas utilizamos mascaras para tapar de alguna manera los defectos, tratamos de ocultar nuestros verdaderos sentimientos,  lo profundo de nuestro ser. No somos capaces de mirar a fondo nuestro interior y evaluar nuestras acciones.Somos débiles, no tenemos la capacidad de destaparnos y mostrarle a las personas a nuestro alrededor la verdad de la vida, la verdad de nuestro andar.

Los seres humanos nos mostramos a los demás con mascaras que muestran lo "bonito" de nuestra vida, por medio de estas nos vemos inofensivos, tranquilos, pasivos. Pero en realidad ¿ese es nuestro verdadero rostro?, la gente tiene en su cabeza una idea de nuestro rostro, un rostro que  no es verdadero, solo es lo que nosotros queremos mostrar y lo que la gente alcanza a percibir.

Nos da miedo ver mas allá de las cosas, nos da miedo encontrar ese monstruo que todos tenemos en el interior y que no queremos mostrar. Tememos el hecho de ser juzgados o de asustarnos nosotros mismos con ese ser interior.

"Si el monstruo emerge, y no estamos prevenidos, moriremos. pero si contamos con un espejo: " el espejo de la verdad", dice Paul Diel - seguramente traeremos a tierra la cabeza de uno de nuestros monstruos".

Con este espejo podremos contemplar con plenitud ese ser interior, ese monstruo que tanto queremos ocultar y que ni siquiera nosotros mismos somos capaces de aceptar, y así poder mirarlo por medio de ese espejo, y interiorizar el echo de que ese monstruo hace parte de nosotros y nos complementa como seres humanos, como personas integrantes de una sociedad.

" En buena parte de Occidente cerramos los parpados de nuestro muertos para que no miren, para que su mirada fija, impasible, no nos atemorice... No debemos mirar a nuestra madre desnuda, Edipo; no debemos mirar dentro de lo sagrado, tabú..."